Las telenovelas pueden estar bien

"Amar en tiempos revueltos" empieza mañana en TVE1 su tercera temporada con un nuevo argumento en el que se ha ido incidiendo durante las 2 últimas semanas: un exiliado decide volver a España con su hija, y el tio se muere. La hija se convierte en protagonista y tendrá que convivir con sus tíos, una familia de ideas fijas totalmente alejada de la forma de ser francesa. También hay nuevas tramas y todas esas cosas que hacen siempre para renovar la serie.

He visto las 2 temporadas y me ha parecido un producto bastante bueno (sobretodo la primera), y salvo algún pequeño fallo la serie era aceptable para ser un producto destinado a la tarde. Recuerdo que en su estreno hace 2 años se montó un escándalo entre ciertos sectores de reaccionarios por la temática de la serie (el protagonista era un republicano y su amor con una niña bien que adopta sus ideas en contra del criterio familiar) y que entre otras cosas dijeron cosas como "que es totalmente izquierdista" (porque salía Pilar Bardem) y demás gilipolleces.

Pero afortunadamente la audiencia supo responder a esos intolerantes con aceptables shares superiores al 20%, terminando con el exilio de la pareja a Francia. La segunda temporada mantuvo el nivel, entrelazando bastante bien aspectos de la primera temporada (como la muerte de Doña Loreto) y la serie ha logrado mantenerse sobre el 18-20%. Y no me extraña: hace años TVE tenía series similares en ese mismo horario pero con una realización penosa (Calle Nueva, Génesis) y sin embargo ésta serie tiene bastante más calidad, buenos guiones, actores a los que coges cariño (me pasó con Luis Pérezagua -Isidro-) y caracterizaciones más que aceptables. Cuando haces un buen programa, la gente suele responder.

Quizás todas las novelas que quiera emitir TVE deban pasar ese filtro de calidad. Ya tienen preparadas otras como "Desaparecida" (que al final va a ser serie) o "Herederos" con Concha Velasco. Otros intentos les salieron bastante mal como "La dársena del poniente". Sin embargo, lo importante es seguir la senda de calidad de productos como estos, en lugar de recurrir a las telenovelas mexicanas típicas (uno de los males de La Primera). Y, por supuesto, que la tercera temporada no decaiga.